En la tradición de la música
occidental, la música sacra, también llamada música sagrada y,
en ocasiones, según la función y el contexto, música litúrgica, es toda música concebida para ser
cantada, tocada o interpretada en los contextos litúrgicos o religiosos.
Originalmente la
música sacra fue una forma de expresión musical nacida en Europa durante
la Alta Edad Media (siglo V) y desarrollada como parte de los ritos
cristianos de la época. Por extensión también es aplicable a las diferentes
manifestaciones musicales religiosas de otros pueblos, ya sean de origen hindú,
budista, árabe, judío etc. La historia de la música occidental tal y como se la
conoce hoy en día comienza durante la Edad Media cuando la Iglesia católica incluyó
ciertos cantos en latín en sus ceremonias y comenzó a utilizar
símbolos escritos destinados a ser recordados como indicaciones musicales a la
hora de ejecutar los cantos; a estos símbolos se les llamó neumas y sirvieron
para el canto gregoriano, llamado antes canto llano, una selección de
cantos litúrgicos.
En el pensamiento
occidental se suele reservar su uso para la música cristiana, incluyendo a
veces la música cristiana contemporánea, en la cual la música explora temas
cristianos para la juventud, aunque por su diseño puede ser tocada en otros
lugares con excepción de iglesias.
La música sacra
durante un servicio religioso para muchas iglesias es una parte fundamental de
su liturgia. Se cantan himnos, salmos y canciones espirituales entonadas a
Dios.
Por otra parte, las
iglesias algunas veces cantan a cappella para adorar a Dios.
Ocasionalmente, los instrumentos musicales se utilizan solos para expresar
alabanza hacia la deidad. Todas estas maneras o estilos son utilizados por una
religión u otra. En la música más temprana de la iglesia cristiana, como es el
caso de algunos libros del Nuevo Testamento, son probablemente himnos.
Algunos de esos
fragmentos todavía se cantan como himnos en las iglesias ortodoxas,
incluyendo los himnos “despierta, despierta tu que duermes” en ocasiones como
los bautismos.
En los Evangelios de Mateo y Marcos dicen
que Jesús juntó a sus discípulos y entonaron un himno antes
de que él se entregara para ser crucificado, por medio de Judas. El
apóstol Pablo en el libro de los Efesios exhorta a la
iglesia de Éfeso a entonar salmos, himnos y canciones espirituales al Señor,
en la epístola a los colosenses el mismo Pablo urge a la iglesia de
Colosas para enseñar y amonestarse unos a otros, con himnos y cantos
espirituales.
La tradición de los
himnos en la lengua inglesa está ligada con la iglesia protestante. Los
himnos protestantes van desde órganos, de la época de la reforma, como es el
caso de Bach, hasta los himnos estadounidenses como es el caso de la arpa
sagrada, Martín Lutero compuso varios himnos alrededor del siglo
XVI, del cual se inspiraba de las mismas notas musicales que escuchaba en las
tabernas de su tiempo, otro famoso compositor de himnos fue Charles Wesley,
hermano de John Wesley, Dwight L. Armstrong, hermano menor del
evangelista Herbert W. Armstrong, quien fue un prolífico compositor el
cual sus himnos basados en las escrituras son incluidos en la Worldwide
Church of God's hymnals (Himnario mundial de la iglesia de Dios).
Herbert W. Armstrong
creía que las palabras de muchos himnos tradicionales no estaban basados en las
escrituras así pues le pidió a su hermano que escribiera
himnos basados en los salmos y otros libros de la Biblia.
Algunos himnos,
particularmente los Villancicos son usados en cualquier denominación
cristiana, mientras que otros himnos son solo usados por algunas tradiciones
cristianas, o denominaciones tales como los bautistas entre otras
denominaciones. En la algunos casos se debe a diferencias doctrinales que hay
en esas palabras, de algún himno, pero en su mayoría se debe a cuestiones de
tradición, o de producción denominacional, o himnos aprobados por los líderes
de esas iglesias, que vayan de acuerdo a su punto de vista, de lo que
consideran santo.
Entre las
denominaciones protestantes el uso de himnos fue un factor fundamental y de
disolución, pues algunos estaban a favor de solo usar letras de los salmos,
mientras otros favorecían el crear nuevas letras.